La obra de Juan Pablo Chipe se crea, se renueva y se desprende… es un paseo visual de lo que alguna vez creímos muerto, sin voz, ni alma… algo que nos fue útil, algo que existió porque sencillamente sirve para algo, para nada o para mucho….
Una cascada de bolsas de plástico, un pedazo de cartón torcido, una lata oxidada, la envoltura de nuestro dulce favorito.. o quizá una postal, un canal de tele, un póster, una canción, un comercial… En un mundo donde los objetos no tienen vida, Juan Pablo agota su testimonio para dejar la puerta abierta a nuevas preguntas y corregir viejas respuestas.
El rescata ese entorno del consumo y lo conjuga con el arte, establece un vinculo entre ambos, y a partir de éste aprendemos a observar, lo que antes veíamos. A lo largo de su trayectoria, lo cotidiano ha encontrado refugio en su obra, describiendo lo efímero de la humanidad y dejándonos con un estallido de emociones que se antojan eternas.
Renueva testimonios de la condición humana, enfrenta mundos que pensamos incongruentes, alejados uno del otro en nuestra memoria y que quedan latentes en la misma después de haber recorrido un jardín del pop.
Sus creaciones nos ponen a prueba, fuimos cómplices de ese objeto de consumo, que ahora viste un nuevo color, una nueva historia. Lo irónico, lo mundano, la parodia, son algunos de los deleites visuales que podemos aprovechar (vislumbrar) en la obra creativa de Chipe, un ser que habita y que consume, En la cual no hay limites, ni líneas delgadas, solo una mente entretenida en su propia fantasía, … y que ahora consumimos de nueva cuenta…en esta ocasión con nuestra mirada.
Elisa Perea Hernández. Artista Visual. NY. NY. 2010